Siempre es aconsejable el ejercicio físico pero más aún cuando se sigue un
programa de control de peso.
El ejercicio, aunque sea moderado, supone un desgaste de la energía adquirida
por medio de la comida.
Ayuda, asimismo, a reducir la tensión nerviosa y a afrontar las situaciones
con más optimismo.
La actividad física que hacemos regularmente no es, en general, suficiente para
poner y mantener nuestro cuerpo en forma.
Piense, pues, en el ejercicio que hace habitualmente y trate de incrementarlo.
Evidentemente, la primera idea se dirigirá hacia el mundo del deporte, el tenis
por ejemplo, o a frecuentar un gimnasio.
Si le es difícil programar este tipo de actividades piense que hay otras formas,
más sencillas y asequibles, de hacer más ejercicio físico.